Las vueltas que da la vida

"Llevo días dándole vueltas a lo que me dijiste..."

"La vida me ha dado la vuelta"

"¡Pero cuántas vueltas das!"

Estas son frases que oímos con frecuencia en nuestras conversaciones diarias. Y una se para a pensar en las vueltas que da la vida, en esas veces que dije que no haría y que hice; en las veces que por un gesto o una palabra lo que era blanco se cambió a negro, o se perdió una amistad, o cambió la vida o nuestra manera de percibirla.

Y es que la vida es dinámica, está siempre en movimiento, en constante cambio. Y esto es lo que no vemos. Cuando todo nos va bien, queremos que permanezca así para siempre. Y entonces... ¿qué sentido tendría nuestra vida? ¿Qué experiencias nos estaríamos perdiendo? ¿Qué aprendizajes, evolución y crecimiento experimentaríamos? Es cierto que cuando estamos en medio de una tormenta o en lo más profundo de una noche oscura, las emociones que experimentamos son dolorosas, tristes, desagradables... pero ahí está nuestra capacidad de crecer, de hacernos más fuertes, de aprender a levantarnos con más fuerza, de conocer y reconocer tus fortalezas. Y eso, eso que vives y experimentas, puede servir de ejemplo y guía para otros.

Cuando todo lo tenía hecho, montado y planificado... una vida como yo la concebía, sin sobresaltos, tranquila, como se esperaba que debía tenerla (un trabajo, una pareja, unos hijos, una casa) la vida se encargó de darme una patada en el c*** y sacarme de donde sabía que no estaría más que el tiempo suficiente para saborear el dulce "far niente", o la dulce siesta de domingo. Porque aunque me gusta la seguridad y la tranquilidad de tenerlo todo controlado, en el fondo me gusta ser diferente, romper con lo establecido, explorar nuevos caminos y beber de diferentes fuentes.

Por eso la vida, esa que da tantas vueltas y que nos hace rodar con ella, cuando nos llama y nos incomoda, también sabe que se producirán muchas despedidas y pérdidas; porque no le va a gustar a todo el mundo tu cambio, tu evolución, tus decisiones, tu camino y tu despertar. Es entonces cuando encuentras a los verdaderos maestros de tu vida y a las personas que nunca te soltarán cuando caigas. Y en una des esas vueltas es donde, cuando menos lo esperes, nos encontraremos. No lo dudes.